¿Por qué se celebra el 2 de Noviembre el día de los Difuntos? :: Bitdefender blog

¿Por qué se celebra el 2 de Noviembre el día de los Difuntos?

Fechas Especiales - Nov 01, 2023


El Día de los Fieles Difuntos es una fecha cargada de misticismo y recuerdo, y en Ecuador se conmemora de forma distinta en la Sierra y Costa.

Los cementerios abren temprano, las florerías muestran sus mejores arreglos y los familiares acogen con nostalgia el 2 de noviembre. En esta fecha del feriado se recuerda el Día de los Muertos o de los Difuntos, en Ecuador, y en otras partes de América Latina.

En este 2023, el asueto nacional empieza el jueves y concluye el domingo 5 del mismo mes.

¿Cuál es el origen del Día de los Difuntos?

Se trata de un ritual catalogado en 2008 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La fecha se conmemora en muchas culturas de la región como una jornada para recordar y honrar a los seres queridos que han fallecido.

Además, la ocasión conjuga tradiciones indígenas con el catolicismo traído por los españoles.

En el calendario católico, el 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, una festividad que honra a todos los santos reconocidos por la Iglesia Católica, y el 2 de noviembre es el Día de los Muertos, cuando los familiares se dedican a recordar y orar por las almas de los fieles difuntos que se cree que están en el purgatorio, en proceso de purificación antes de acceder al cielo.

Aunque la fecha se basa en la tradición católica, las costumbres y prácticas asociadas con la fecha varían según la región y pueden incluir altares con ofrendas, calaveras de azúcar, pan de muerto y diversas actividades festivas para conmemorar a los difuntos.

En México, por ejemplo, es una fecha repleta de color y vida, en el que se anticipa una festividad marcada por altas ventas para los comerciantes, e incluso se ha convertido en un imán para los turistas.

Día de los Difuntos en Ecuador

En el caso de Ecuador, la celebración del Día de Muertos tiene sus diferencias en ciudades de la Sierra y Costa, reseña el Ministerio de Turismo.

En Imbabura, Cotopaxi, Tungurahua, Pichincha, entre otras provincias de la Sierra, las comunidades indígenas suelen compartir alimentos como granos que producen la tierra, papas, cuyes y la tradicional chicha, en los cementerios.

Los indígenas visitan los camposantos y comparten en las tumbas de los difuntos los alimentos que llevan.

Este rito se sustenta en la creencia de que la muerte es un mero paso a otra vida similar a esta y que el difunto vuelve cada año, entonces hay que prepararle sus platos preferidos.

Además, los habitantes de sectores rurales visitan los cementerios por las noches y permanecen en vigilia con cánticos y oraciones.

En los hogares se prepara la tradicional colada morada acompañada de guaguas de pan, que permite a las familias reunirse en sus hogares y recordar a quienes han partido.

En Riobamba reviven al Animero, personaje que representa a los difuntos quien viste túnica blanca y lleva en las manos una calavera humana, una Biblia y una campanilla. Este personaje recorre por los cementerios recitando oraciones fúnebres.

En el caso de la Costa, igualmente, las familias se reúnen y visitan los camposantos para velar a sus seres queridos.

En los últimos años, en las zonas rurales y también en las urbanas, los difuntos reciben serenatas entonadas por mariachis y guitarreros, quienes cantan los temas preferidos del difunto.

Además, las tumbas son cubiertas con flores y velas que se mantienen encendidas durante todo el día.

Pero en Esmeraldas se junta con la celebración del santo negro San Martín de Porres, en el recinto Canchimalero del cantón Eloy Alfaro. Allí Se realiza una peregrinación por el mar, en balsas decoradas con flores, hojas de plátano y palmeras.

El 2 de noviembre se desarrolla la ceremonia religiosa y se concluye con la decoración de balsas. En la mañana del 3 de noviembre se realiza la procesión por las calles de Limones hasta llegar a la embarcación donde se coloca al santo y empieza la travesía por el mar.